domingo, 20 de enero de 2013


Anarquismo


La palabra anarquía deriva del griego (ἀναρχία-anarkhia).  Está compuesta del prefijo griego (ἀν- an), que significa no o sin, y de la raíz (ἀρχή –arkhê), que es origen, principio, poder o mandato. El significado de los términos determina, de una manera general, varios significados. Esto se traduce, por ausencia de apriorismo, ausencia de norma, ausencia de jerarquía, ausencia de autoridad o ausencia de gobierno.
Los términos anarquía y anarquista fueron usados libremente, en un sentido político, durante la Revolución francesa, en términos de crítica negativa, relacionados con los abusos empleados por varios partidos para dañar a sus oponentes; así, tanto los Enragés, que desconfiaban del poder excesivo, como Robespierre, que lo buscaba, fueron tachados de anarquistas. Este sentido negativo cambió cuando Pierre Joseph Proudhon publicó ¿Qué es la propiedad? (1840), el libro que le estableció como un pionero del pensamiento libertario. Tras responder al título (la propiedad es un robo), el autor se convierte en el primer hombre que se auto declara anarquista y precisa qué es lo que entiende por anarquía: (una forma de gobierno sin amo ni soberano).
El anarquismo es una filosofía política y social que llama a la oposición y abolición del Estado y el capitalismo entendido como gobierno y por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas. Sébastien Faure, filósofo anarquista francés, dijo “Cualquiera que niegue la autoridad y luche contra ella es un anarquista”. Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o movimientos han manifestado una gran variedad de aproximaciones y acciones, que no siempre fueron bien entendidos por la opinión pública.
Históricamente hablando, el anarquismo se centra en general en el individuo y en la crítica de su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social hacia una futura sociedad, en palabras de Pierre-Joseph Proudhon, “sin amo ni soberano”.
No existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas; algunos hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y comunistas; también es común señalar las cuatro corrientes más importantes, el anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo comunista y anarcosindicalismo, y según algunas fuentes, también el colectivismo.
Con movimientos precursores desde la antigüedad, el punto de partida del debate doctrinal sobre un pensamiento anarquista moderno se remonta a finales del siglo XVIII, en la obra de William Godwin, aunque el anarquismo se desarrolla en el siglo XIX a través de distintas corrientes, dándose algunas de las experiencias libertarias más significativas a lo largo del siglo XX. Tras el declive del anarquismo como movimiento social en la década de 1940, las ideas anarquistas han sido recuperadas y reelaboradas por estudiosos y pensadores, y han estado continuamente insertadas en multitud de doctrinas y movimientos contemporáneos, especialmente tras su emergencia en el contexto de los movimientos estudiantiles y antiautoritarios de la década de 1960.

Anarquismo en Latinoamérica

Desde la década de 1860 el anarquismo empezó a introducirse en Latinoamérica, debido a las fuertes emigraciones, especialmente desde España y con un papel particular de los emigrantes italianos en Argentina, concretándose los primeros grupos de acción. En México se difundieron las ideas de Proudhon y Bakunin, provocando la aparición de organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles libertarias, y en la década siguiente la presencia en Argentina y Uruguay de núcleos anarquistas se hizo manifiesta. No debe considerarse tampoco una mera importación ideológica; su rápida asunción por las masas autóctonas e indígenas, que habían pasado de las antiguas monarquías a las oligarquías republicanas, fue debida en parte a la coincidencia del colectivismo autogestionado con los antiguos modos de organización de los indígenas de México y Perú, «calpulli» y «ayllu», anteriores incluso a los imperios de los aztecas y de los incas.

México, Argentina, Uruguay y Cuba se encontraban representandos en el último congreso de la Internacional de Saint-Imier en 1877, y una Liga Bakuninista se fundó en Ciudad de México en 1878. La ideología libertaria fue la predominante en el movimiento obrero regional, que se organizó bajo su influencia como fuerza social naciente, tanto en los países mencionados como en Perú, Bolivia y Chile, e incluso en otros donde no se logró un arraigo sindical tan fuerte, como Ecuador, Panamá o Guatemala.
Las mayores aportaciones de Latinoamérica al anarquismo se produjeron a nivel organizativo, destacando el caso de la FORA, Federación Obrera Regional Argentina, fundada en 1901, que fue la mayor fuerza sindical latinoamericana durante las tres primeras décadas del siglo XX, con una organización diferente tanto de la CNT y el resto de centrales anarcosindicalista europeas como de la IWW norteamericana, sin concesión alguna a la burocracia sindical. También el Partido Liberal Mexicano, que bajo la influencia de Ricardo Flores Magón adoptó una ideología anarquista, criticado por la ortodoxia anarquista europea, por conservar, sin embargo el nombre y presentarse como partido político.
Dentro del periodo de la Revolución mexicana el magonismo lideró la constitución de las comunas revolucionarias de Baja California en 1911 que serían derrotadas posteriormente. También el importante líder revolucionario Emiliano Zapata se acercaría a las ideas anarquistas de Magón, abrazando su agrarismo revolucionario, en tanto el marxismo todavía no tenía una presencia importante en México. Zapata fue un revolucionario casi instintivo, que partiendo de las ideologías indígenas ya mencionadas enarboló el lema anarquista “Tierra y Libertad”, propio del magonismo, que llegó a conocer a través del secretario del ejército zapatista, Antonio Díaz Soto y Gama.

Anarquismo en Ecuador

El Anarquismo en Ecuador habría aparecido a finales del Siglo XIX. Durante el principio del Siglo XX comenzó a tomar influencia en sectores intelectuales y de obreros organizados tomando un rol importante en la Huelga general de noviembre en Guayaquil, el 15 de noviembre de 1922 en donde murieron alrededor de 1000 manifestantes.
Orígenes
Alexei Páez en su libro El anarquismo en el Ecuador reporta que a "fines del siglo XIX y principios del XX-encontramos los primeros indicios de la existencia de un grupo amigo de las ideas libertarias". Este era un grupo que realizó una publicación titulada El Pabellón Rojo y su primera edición salió en Guayaquil en 1899. En este número se hace apología del ilegalismo francés en los episodios protagonizados por Ravachol y el magnicida Sante Geronimo Caserio.
A principios de siglo XX el movimiento obrero era más combativo en Guayaquil y allí se encontrarían los primeros indicios de actividad anarquista dentro del sindicalismo. "Se ha anotado la existencia de cierta propaganda anarquista entre los trabajadores jamaiquinos del ferrocarril a principios de siglo". Según Páez "Se debe destacar que los trabajadores del ferrocarril son el grupo mas combativo junto con los carpinteros y los cacahueteros, para la época, siendo posteriormente los cacahueros y ferrocarrileros los mejores agitadores para la conformación de la Federación Regional de Trabajadores del Ecuador (FTRE), de vertiende anarcosindicalista.
En Guayaquil en tanto "En 1910, el Centro de Estudios Sociales (CS)...distribuía la Protesta (Argentina), Solidaridad (USA) y Claridad (Chile), en 1911 ya constaban en el catálogo de la Librería Española, textos de importantes teóricos libertarios como: Bakunin, Malatesta, Kropotkin, etc. Los mismos que son adquiridos y empleados para la conformación de grupos anarquistas que con el pasar del tiempo irían clarificando sus ideas. En 1920 aparece el Centro Gremial Sindicalista (CGS), editor de El Proletario.". En el Proletario ya comenzaría a escribir el importante anarquista ecuatoriano "José Alejo Capelo Cabello, que con su ejemplo y tenacidad colaboró en la conformación de los primeros grupos anarquistas y sindicatos de orientación libertaria".
En Quito "también se reconoce la presencia de un periódico...llamado La Prensa que incluso llegó a formar parte de los diarios escogidos por Max Nettlau en su libro Contribución a la Bibliografía Anarquista en América Latina, puesto que dio paso a determinados artículos libertarios entre sus páginas."1 Páez reporta que en 1911 circulaban ya en Guayaquil "textos de Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Stirner, Malato y Reclus, vendidos por la Librería Española de esa ciudad".
"Otro de los medios libertarios de gran importancia y que presto gran espacio al contenido sobre el 1 de Mayo fue Tribuna Obrera, periódico de "Ideas y Combate", órgano de la combativa Asociación Gremial del Barrio del Astillero (AGA), fuerte de organización anarcosindical".
Las ideas anarquistas así tomarían repercusión en "sectores intelectuales de la clase media que...son los organizadores efectivos de los primeros grupos filoanarquistas y filosocialistas" en Ecuador. El pensador y dirigente obrero Juan Elías Naula en Principios de Sociología Aplicada manifiesta una profunda admiración por las posiciones de Pierre Joseph Proudhon. Así también aparecería el periódico Alba Roja el cual era publicado por el grupo "Verbo y Acción" e incluía a Colón Serrano, Tomás Mateus y Francisco Illescas. En la aparición de las ideas libertarias en el Ecuador también habrían tenido importancia "la presencia de algunos elementos extranjeros radicados en el país." Así el chileno Segundo Llanos sería responsable de la redacción de El Proletario. Por otro lado el marino español N. LLoré desde sus viajes "traía periódicos como La Protesta de Argentina, Solidaridad de la IWW (Industrial Workers of the World)...e inclusive periódicos españoles anarquistas."
"Otra vertiente de las primeras organizaciones libertarias ecuatorianas se encontró dada por la organización de grupos femeninos"1 En Guayaquil también aparecería en 1910 el "Centro de Estudios Sociales" el cual participaría en los congresos de 1922 y 1923 en Berlín de la aglutinante de sindicatos anarcosindicalistas del mundo Asociación Internacional de los Trabajadores.1
El 15 de noviembre de 1922 y el declive
"El núcleo original del anarquismo en el Ecuador" habría convergido alrededor del grupo que publicó el periódico El Proletario el cual incluiría a Manuel Echeverría, Justo Cardenas, Narciso Véliz, Segundo Llanos y Alejo Capelo.
En 1922 los empleados ferroviarios en Durán fueron a la huelga que, con el apoyo de la Federación Regional de Trabajadores del Ecuador, se difúndó por todas las demás asociaciones dejando el pueblo en manos de sus trabajadores. La respuesta gubernamental se tradujo en las muertes de alrededor de 1000 huelguistas por obra de las tropas enviadas a la zona y la persecución y el desmantelamiento de las organizaciones que existían en la época.
En los años siguientes tomaría importancia una tendencia liderada por Narciso Véliz que confluyó alrededor del grupo "Hambre", el cual empezaría a editar la publicación El Hambriento. Entre los integrantes de este grupo estaban Alberto Díaz, Juan Murillo, Jorge Briones, José Barcos, J. Villacís, Urcino Meza, Segundo Llanos, Máximo Varela y Aurelio Ramírez.
Los libertarios así se embarcaron en un período de recuperación (esta vez con definiciones ideológicas más claras) y para el final de la década podían contar cinco grupos activos en Guayaquil, todos los cuales estaban coordinados por la Federación de Grupos Anarquistas ' Miguel Bakunin '. Publicaban el periódico Tribuna Obrera y estabelcieron el grupo del teatro Ricardo Flores Magón. En Guayaquil dentro de la Federación actúan los grupos Redención, Tierra y Libertad, Solidaridad, Hambre y Luz y Acción.
La constante opresión estatal aplastó muchas de estas experiencias y muchos de los principales activistas libertarios terminaron en el exilio de las islas Galapagos. El chileno Néstor Donoso sería deportado a su país después de ser apresado. El grupo Luz y Acción decidió conformar el Bloque Obrero Estudiantil Revolucionario para que actúe en las universidades.
En 1934 los grupòs anarcosindicalistas deciden reorganizar la FTRE y después de fallidos intentos deciden crear otra organización sindical, la Unión Sindical de Trabajadores. En esta organización se encontraban militantes como Alejo Capelo, Eusebio Moriel, M.E. López Concha, Able Gonzáles y Alberto Diaz.1 En el tiempo de la Guerra Civil Española los anarquistas ecuatorianos manifiestan su solidaridad con el sindicato anarquista CNT el cual era protagonista de la Revolución Española de 1936.
Para el fin de los años 30s, el ascenso del marxismo en toda Sudamérica marcó la defunción del anarquismo en la región. Alejo Capelo y Alejandro Atiencia colaboraron en el periódico anarquista mexicano Tierra y Libertad. Atiencia moriría en 1971 y Capelo en 1971.