Anarquismo
La palabra anarquía
deriva del griego (ἀναρχία-anarkhia). Está compuesta del prefijo griego (ἀν- an),
que significa no o sin, y de la raíz (ἀρχή –arkhê), que es origen, principio, poder
o mandato. El significado de los términos determina, de una manera general,
varios significados. Esto se traduce, por ausencia de apriorismo, ausencia de
norma, ausencia de jerarquía, ausencia de autoridad o ausencia de gobierno.
Los términos
anarquía y anarquista fueron usados libremente, en un sentido político, durante
la Revolución francesa, en términos de crítica negativa, relacionados con los
abusos empleados por varios partidos para dañar a sus oponentes; así, tanto los
Enragés, que desconfiaban del poder excesivo, como Robespierre, que lo buscaba,
fueron tachados de anarquistas. Este sentido negativo cambió cuando Pierre
Joseph Proudhon publicó ¿Qué es la propiedad? (1840), el libro que le
estableció como un pionero del pensamiento libertario. Tras responder al título
(la propiedad es un robo), el autor se convierte en el primer hombre que se auto
declara anarquista y precisa qué es lo que entiende por anarquía: (una forma de
gobierno sin amo ni soberano).
El
anarquismo es una filosofía política y social que llama a la oposición y
abolición del Estado y el capitalismo entendido como gobierno y por extensión,
de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por
considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas. Sébastien Faure, filósofo
anarquista francés, dijo “Cualquiera que niegue la autoridad y luche contra
ella es un anarquista”. Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o movimientos
han manifestado una gran variedad de aproximaciones y acciones, que no siempre
fueron bien entendidos por la opinión pública.
Históricamente
hablando, el anarquismo se centra en general en el individuo y en la crítica de
su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social hacia una futura
sociedad, en palabras de Pierre-Joseph Proudhon, “sin amo ni soberano”.
No existe
acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas;
algunos hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento,
individualistas y comunistas; también es común señalar las cuatro corrientes
más importantes, el anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo comunista
y anarcosindicalismo, y según algunas fuentes, también el colectivismo.
Con
movimientos precursores desde la antigüedad, el punto de partida del debate
doctrinal sobre un pensamiento anarquista moderno se remonta a finales del
siglo XVIII, en la obra de William Godwin, aunque el anarquismo se desarrolla
en el siglo XIX a través de distintas corrientes, dándose algunas de las
experiencias libertarias más significativas a lo largo del siglo XX. Tras el
declive del anarquismo como movimiento social en la década de 1940, las ideas
anarquistas han sido recuperadas y reelaboradas por estudiosos y pensadores, y
han estado continuamente insertadas en multitud de doctrinas y movimientos
contemporáneos, especialmente tras su emergencia en el contexto de los
movimientos estudiantiles y antiautoritarios de la década de 1960.
Anarquismo en Latinoamérica
Desde la
década de 1860 el anarquismo empezó a introducirse en Latinoamérica, debido a
las fuertes emigraciones, especialmente desde España y con un papel particular
de los emigrantes italianos en Argentina, concretándose los primeros grupos de
acción. En México se difundieron las ideas de Proudhon y Bakunin, provocando la
aparición de organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles libertarias, y
en la década siguiente la presencia en Argentina y Uruguay de núcleos anarquistas
se hizo manifiesta. No debe considerarse tampoco una mera importación
ideológica; su rápida asunción por las masas autóctonas e indígenas, que habían
pasado de las antiguas monarquías a las oligarquías republicanas, fue debida en
parte a la coincidencia del colectivismo autogestionado con los antiguos modos
de organización de los indígenas de México y Perú, «calpulli» y «ayllu»,
anteriores incluso a los imperios de los aztecas y de los incas.
México,
Argentina, Uruguay y Cuba se encontraban representandos en el último congreso
de la Internacional de Saint-Imier en 1877, y una Liga Bakuninista se fundó en
Ciudad de México en 1878. La ideología libertaria fue la predominante en el
movimiento obrero regional, que se organizó bajo su influencia como fuerza
social naciente, tanto en los países mencionados como en Perú, Bolivia y Chile,
e incluso en otros donde no se logró un arraigo sindical tan fuerte, como
Ecuador, Panamá o Guatemala.
Las mayores
aportaciones de Latinoamérica al anarquismo se produjeron a nivel organizativo,
destacando el caso de la FORA, Federación Obrera Regional Argentina, fundada en
1901, que fue la mayor fuerza sindical latinoamericana durante las tres
primeras décadas del siglo XX, con una organización diferente tanto de la CNT y
el resto de centrales anarcosindicalista europeas como de la IWW
norteamericana, sin concesión alguna a la burocracia sindical. También el
Partido Liberal Mexicano, que bajo la influencia de Ricardo Flores Magón adoptó
una ideología anarquista, criticado por la ortodoxia anarquista europea, por
conservar, sin embargo el nombre y presentarse como partido político.
Dentro del
periodo de la Revolución mexicana el magonismo lideró la constitución de las
comunas revolucionarias de Baja California en 1911 que serían derrotadas
posteriormente. También el importante líder revolucionario Emiliano Zapata se
acercaría a las ideas anarquistas de Magón, abrazando su agrarismo
revolucionario, en tanto el marxismo todavía no tenía una presencia importante
en México. Zapata fue un revolucionario casi instintivo, que partiendo de las
ideologías indígenas ya mencionadas enarboló el lema anarquista “Tierra y
Libertad”, propio del magonismo, que llegó a conocer a través del secretario
del ejército zapatista, Antonio Díaz Soto y Gama.
Anarquismo en Ecuador
El
Anarquismo en Ecuador habría aparecido a finales del Siglo XIX. Durante el
principio del Siglo XX comenzó a tomar influencia en sectores intelectuales y
de obreros organizados tomando un rol importante en la Huelga general de
noviembre en Guayaquil, el 15 de noviembre de 1922 en donde murieron alrededor
de 1000 manifestantes.
Orígenes
Alexei Páez
en su libro El anarquismo en el Ecuador reporta que a "fines del siglo XIX
y principios del XX-encontramos los primeros indicios de la existencia de un
grupo amigo de las ideas libertarias". Este era un grupo que realizó una
publicación titulada El Pabellón Rojo y su primera edición salió en Guayaquil
en 1899. En este número se hace apología del ilegalismo francés en los
episodios protagonizados por Ravachol y el magnicida Sante Geronimo Caserio.
A principios
de siglo XX el movimiento obrero era más combativo en Guayaquil y allí se
encontrarían los primeros indicios de actividad anarquista dentro del
sindicalismo. "Se ha anotado la existencia de cierta propaganda anarquista
entre los trabajadores jamaiquinos del ferrocarril a principios de siglo".
Según Páez "Se debe destacar que los trabajadores del ferrocarril son el
grupo mas combativo junto con los carpinteros y los cacahueteros, para la
época, siendo posteriormente los cacahueros y ferrocarrileros los mejores
agitadores para la conformación de la Federación Regional de Trabajadores del
Ecuador (FTRE), de vertiende anarcosindicalista.
En Guayaquil
en tanto "En 1910, el Centro de Estudios Sociales (CS)...distribuía la
Protesta (Argentina), Solidaridad (USA) y Claridad (Chile), en 1911 ya
constaban en el catálogo de la Librería Española, textos de importantes
teóricos libertarios como: Bakunin, Malatesta, Kropotkin, etc. Los mismos que
son adquiridos y empleados para la conformación de grupos anarquistas que con
el pasar del tiempo irían clarificando sus ideas. En 1920 aparece el Centro
Gremial Sindicalista (CGS), editor de El Proletario.". En el Proletario ya
comenzaría a escribir el importante anarquista ecuatoriano "José Alejo
Capelo Cabello, que con su ejemplo y tenacidad colaboró en la conformación de
los primeros grupos anarquistas y sindicatos de orientación libertaria".
En Quito
"también se reconoce la presencia de un periódico...llamado La Prensa que
incluso llegó a formar parte de los diarios escogidos por Max Nettlau en su
libro Contribución a la Bibliografía Anarquista en América Latina, puesto que
dio paso a determinados artículos libertarios entre sus páginas."1 Páez
reporta que en 1911 circulaban ya en Guayaquil "textos de Bakunin,
Kropotkin, Malatesta, Stirner, Malato y Reclus, vendidos por la Librería
Española de esa ciudad".
"Otro
de los medios libertarios de gran importancia y que presto gran espacio al
contenido sobre el 1 de Mayo fue Tribuna Obrera, periódico de "Ideas y
Combate", órgano de la combativa Asociación Gremial del Barrio del
Astillero (AGA), fuerte de organización anarcosindical".
Las ideas
anarquistas así tomarían repercusión en "sectores intelectuales de la
clase media que...son los organizadores efectivos de los primeros grupos
filoanarquistas y filosocialistas" en Ecuador. El pensador y dirigente
obrero Juan Elías Naula en Principios de Sociología Aplicada manifiesta una
profunda admiración por las posiciones de Pierre Joseph Proudhon. Así también
aparecería el periódico Alba Roja el cual era publicado por el grupo
"Verbo y Acción" e incluía a Colón Serrano, Tomás Mateus y Francisco Illescas.
En la aparición de las ideas libertarias en el Ecuador también habrían tenido
importancia "la presencia de algunos elementos extranjeros radicados en el
país." Así el chileno Segundo Llanos sería responsable de la redacción de
El Proletario. Por otro lado el marino español N. LLoré desde sus viajes
"traía periódicos como La Protesta de Argentina, Solidaridad de la IWW
(Industrial Workers of the World)...e inclusive periódicos españoles
anarquistas."
"Otra vertiente de las
primeras organizaciones libertarias ecuatorianas se encontró dada por la
organización de grupos femeninos"1 En Guayaquil también aparecería en 1910
el "Centro de Estudios Sociales" el cual participaría en los
congresos de 1922 y 1923 en Berlín de la aglutinante de sindicatos
anarcosindicalistas del mundo Asociación Internacional de los Trabajadores.1
El 15 de noviembre de 1922 y el declive
"El núcleo original del
anarquismo en el Ecuador" habría convergido alrededor del grupo que
publicó el periódico El Proletario el cual incluiría a Manuel Echeverría, Justo
Cardenas, Narciso Véliz, Segundo Llanos y Alejo Capelo.
En 1922 los empleados
ferroviarios en Durán fueron a la huelga que, con el apoyo de la Federación
Regional de Trabajadores del Ecuador, se difúndó por todas las demás
asociaciones dejando el pueblo en manos de sus trabajadores. La respuesta
gubernamental se tradujo en las muertes de alrededor de 1000 huelguistas por
obra de las tropas enviadas a la zona y la persecución y el desmantelamiento de
las organizaciones que existían en la época.
En los años siguientes tomaría importancia
una tendencia liderada por Narciso Véliz que confluyó alrededor del grupo
"Hambre", el cual empezaría a editar la publicación El Hambriento.
Entre los integrantes de este grupo estaban Alberto Díaz, Juan Murillo, Jorge
Briones, José Barcos, J. Villacís, Urcino Meza, Segundo Llanos, Máximo Varela y
Aurelio Ramírez.
Los libertarios así se embarcaron
en un período de recuperación (esta vez con definiciones ideológicas más
claras) y para el final de la década podían contar cinco grupos activos en Guayaquil,
todos los cuales estaban coordinados por la Federación de Grupos Anarquistas '
Miguel Bakunin '. Publicaban el periódico Tribuna Obrera y estabelcieron el
grupo del teatro Ricardo Flores Magón. En Guayaquil dentro de la Federación
actúan los grupos Redención, Tierra y Libertad, Solidaridad, Hambre y Luz y
Acción.
La constante opresión estatal
aplastó muchas de estas experiencias y muchos de los principales activistas
libertarios terminaron en el exilio de las islas Galapagos. El chileno Néstor
Donoso sería deportado a su país después de ser apresado. El grupo Luz y Acción
decidió conformar el Bloque Obrero Estudiantil Revolucionario para que actúe en
las universidades.
En 1934 los grupòs
anarcosindicalistas deciden reorganizar la FTRE y después de fallidos intentos
deciden crear otra organización sindical, la Unión Sindical de Trabajadores. En
esta organización se encontraban militantes como Alejo Capelo, Eusebio Moriel,
M.E. López Concha, Able Gonzáles y Alberto Diaz.1 En el tiempo de la Guerra Civil
Española los anarquistas ecuatorianos manifiestan su solidaridad con el
sindicato anarquista CNT el cual era protagonista de la Revolución Española de
1936.
Para el fin de los años 30s, el
ascenso del marxismo en toda Sudamérica marcó la defunción del anarquismo en la
región. Alejo Capelo y Alejandro Atiencia colaboraron en el periódico
anarquista mexicano Tierra y Libertad. Atiencia moriría en 1971 y Capelo en
1971.